Duelos no resueltos
Un tema que me apasiona y en el que se ha centrado gran parte de mi experiencia profesional y como terapeuta, es el duelo, me animo a escribir sobre él para acercarlo y normalizarlo, ya que tocar el tema de la muerte y las perdidas asusta a muchas personas y queremos tenerlo lo más lejos posible. Cuando todos sabemos que “vivir es perder”, citando a Assumpta Mateu, perder algo, para en el camino de asumir esa perdida, terminemos ganando y agradeciendo el recuerdo de lo perdido.
Muchas personas suelen acudir a terapias o a otros especialistas de la salud, asociaciones, etc, por uno o varios duelos no resueltos, en muchos de los casos la persona no sabe que esa es la razón por la que busca ayuda, ya que un duelo se presenta ante cualquier pérdida significativa para la persona por pequeña que nos pueda parecer.
Muchas personas intentamos evitar el dolor por todos los medios
Como bien sabemos en terapia Gestalt, muchas personas intentamos evitar el dolor por todos los medios, para ello nos hacemos especialistas en quitarle importancia a situaciones o perdidas que sí la tienen, nos auto-engañarnos o convencemos de que no era algo vital para mi, al cabo del tiempo la persona se da cuenta que no se siente bien y no encuentra las razones de su estado de ánimo.
Identificamos claramente que estamos en duelo tras el fallecimiento de un ser querido y ante perdidas importantes, como enfermedades, abortos, perdidas de trabajo, de casas, de pareja, divorcios, desengaños amorosos, etc, que aunque fuera de los entornos terapéuticos no les llamamos duelos, si lo son, incluso nuestros seres queridos los tratan como tales, saben que estamos pasando por momentos difíciles y nos tienden una mano, ofreciéndonos su apoyo.
Duelo patológico o no resuelto
Llegados a este punto es importante mencionar que socialmente no está muy bien visto que nos “dolamos” durante periodos prolongados de tiempo, las personas que nos rodean al par de meses se “cansan”, no saben como ayudarnos, ni como gestionar el propio sufrimiento que les produce ver a un ser querido sufrir, por lo que nos lanzan mensajes dirigidos a que ya tendríamos que tenerlo superado, nos instan a salir y estar en las últimas fases del duelo, cuando todavía estamos en las primeras, se nos dice que a Rey muerto Rey puesto, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, hay cosas peores en la vida y muchas otras que todos conocemos y decimos de forma bastante automática, son frases que no consuelan, frases que en definitiva hacen que dejemos de expresar el dolor, pero no dejamos de sentirlo, si cabe lo sentimos de forma más intensa, ya que se junta el dolor de la perdida, con tener que vivirlo en soledad y la incomprensión de los que nos rodean.
Al tragarnos nuestra pena y no poder expresarla, porque recalco que el entorno en muchas ocasiones nos prohíbe sutilmente ciertas expresiones emocionales, le privamos a nuestro cuerpo de la posibilidad de auto-regularse y auto-sanarse tanto física como emocionalmente, este proceso es uno de los pilares básicos de la Terapia Gestalt, la auto-regulación orgásmica, por lo que el duelo empieza a enquistarse, a no resolverse por si solo y convertirse en un duelo patológico o no resuelto.
Los duelos no resueltos tienen diferentes manifestaciones, que veremos más adelante y pueden estar enquistados no solo por la falta de expresión del dolor, también por sentimientos de culpa, por rabia intensa ante la incapacidad de aceptación de la perdida o sentimiento de injusticia, por ser el dolor la forma en la que nos seguimos sintiendo unidos a la persona perdida, etc, son muchas las razones que pueden mantener a una persona en un duelo prolongado.
Considero importante resaltar que no hay un tiempo establecido para la elaboración de un duelo, para cada persona es distinto, en función de la importancia de la perdida y de como la viva, pero cuando una persona sigue estando en las primeras etapas del duelo pasados uno o dos años, hay que sospechar que no se está resolviendo, que la persona no puede gestionarlo por si sola, que este duelo está enquistado y necesita ayuda.
«En nuestra sociedad es muy normal encontrar a personas con duelos sin elaborar y sufriendo vidas deprimidas, simplemente porque en nuestra tradición un duelo no es algo por lo que pedir ayuda»
Puede parecer que este tiempo es mucho, pero en grandes pérdidas es normal que tardemos en superarlo entre seis meses y dos años como mínimo. Como digo siempre depende de la persona, de los duelos que tenga anteriores si resolver, de la importancia y significado de la perdida, etc, cabe mencionar que hay personas que sin ayuda pueden no superar nunca un duelo, como en casos de muertes de hijos principalmente, pero también muertes de la pareja, de padres o hermanos, depende de lo que la persona significara para nosotros.
En mi experiencia profesional con mucha frecuencia he atendido a personas con duelos no resueltos de ocho, doce, quince incluso más años, en nuestra sociedad es muy normal encontrar a personas con duelos sin elaborar y sufriendo vidas deprimidas, simplemente porque en nuestra tradición un duelo no es algo por lo que pedir ayuda, ya que se entiende como algo normal de la vida y por lo que todos pasamos o vamos a pasar tarde o temprano.
Si bien es cierto que el ser humano está preparado para sentir el dolor, la rabia, la culpa, la tristeza de las perdidas y elaborarlas por si solo, muchas otras personas necesitan apoyo para ello. Si lo que queremos es evitar el dolor, es paradójico que conseguimos lo contrario al intentar superarlo solos, en muchos casos lo agrandamos y lo prolongamos.