636 32 13 74
Blog de Psicología

Aprender a sentirse mejor

3

Los seres humanos vivimos día a día con nuestras emociones, ¿pero sabemos algo de ellas?


¿Qué son las emociones? 

Nuestra vida emocional es mucho más rica de lo que parece a simple vista, acompaña a todas nuestras acciones, una emoción es un estado afectivo, una reacción a lo que pasa en nuestro entorno, que viene acompañada de cambios orgánicos (corporales, fisiológicos y endocrinos), son de origen innato y están influidas por la experiencia, por las vivencias que vayamos teniendo y por la forma de sentir esas vivencias. Son un estado que nos sobreviene de pronto, en forma de cambio en nuestro ánimo y nuestro cuerpo, pueden ser agradables o desagradables, más o menos violentas y más o menos pasajeras.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden aprenderse.

¿Para qué nos sirven las emociones?

Las emociones tienen la función de ayudar a nuestro organismo a adaptarse a lo que nos rodea, nos ayudan a evitar peligros, nos resultan útiles para la supervivencia, vivir sin ellas seria una sentencia de muerte.

Las emociones funcionan como un acto reflejo involuntario. Las experimentamos cuando sentimos que algo importante nos está sucediendo o puede suceder. Gracias a la reacción emocional, nuestro cuerpo y nuestra mente se preparan automáticamente para responder a esa situación de la mejor manera posible.

Todas las emociones nos sirven (no hay emociones buenas o malas, todas nos indican algo). Son avisos importantes y si no les hacemos caso, los problemas se incrementan. No se trata de hacernos las víctimas, de reprimirnos fingiendo fortaleza, de explotar con ira para “sacar” lo que llevamos dentro o de buscar soluciones falsas por medio de la evasión.


Igual que el cuerpo protesta con sensaciones desagradables cuando algo le incomoda (por ejemplo el estómago nos arde cuando comemos demasiada grasa o picante, la espalda nos duele cuando tenemos mala postura) de la misma manera nuestra “alma” avisa cuando algo anda mal. Las emociones desagradables nos piden a gritos que hagamos cambios en nuestras vidas o en nuestra forma de pensar y/o actuar. Si tiene una emoción o sensación interna desagradable, acéptela (no trate de suprimirla o evitarla, reconózcala, a veces confundimos la emoción, podemos creer que lo que tenemos es coraje cuando en realidad es miedo, decimos que estamos tristes cuando en realidad estamos furiosos etc., busque ayuda para cambiar la acción o pensamiento que produce y agradézcala porque es lo que le hace al ser humano aprender de la experiencia y crecer hacia una vida con mayor paz y plenitud. 

Una de las claves para una vida social equilibrada está en aprender a gestionar las emociones y no negarlas. No se trata de evitar los problemas, sino de manejarlos de diferente manera y con otra interpretación.

En las relaciones interpersonales existe todavía una gran incomprensión. Aún nos conocemos poco unos a otros y nos resulta difícil expresar lo que sentimos, por vergüenza, por miedo a ser juzgados, criticados, otras muchas veces no distinguimos bien entre nuestras emociones, no sabemos con claridad en qué consiste cada una de ellas, ni tampoco reconocemos siempre que emoción corresponde a cada estímulo.

La emoción es un mensaje desde lo más profundo de nuestro ser

Para aprender a sentirnos mejor tenemos que aprender a reconocer nuestras emociones, aceptarlas y expresarlas. Las emociones están ligadas a nuestras creencias, actitudes y por tanto repercuten en nuestras acciones. Al revisar nuestras creencias podemos cambiar las actitudes hacia ciertas situaciones o personas, al cambiar estas actitudes modificamos las acciones y por consiguiente nuestras emociones también cambian. 

Por ejemplo, tengo que hacer un trabajo y no dejo de pensar que no puedo hacerlo o que no sirvo para eso (creencia), lo cual  me provoca una actitud de derrota (actitud) que me hace no intentarlo (acción), por lo cual me siento triste y enfadado (emoción). Si empiezo a pensar que si puedo hacerlo, que soy capaz de hacer lo que me proponga (creencia), estaré predispuesto positivamente (actitud) y lo intentaré con fuerza y entusiasmo (acción), lo cual me  producirá alegría y satisfacción (emoción), aunque solo sea por haberlo intentado. 

Por supuesto este tipo de cambios nos suelen costar mucho, ya que implica salir de nuestras “zonas cómodas” (nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes, formas de hacer las cosas, de relacionarnos con los demás, estas formas nos son conocidas, sabemos sus consecuencias y nos resultan cómodas), por eso se nos hace difícil cambiarlas. 

Para aprender a sentirnos mejor tenemos que salir de nuestras zonas cómodas, darnos cuenta de aquello que nos produce bienestar, responsabilizarnos de nuestros sentimientos, no negar los que nos causan dolor o bienestar.

Al comprender qué son las emociones y para qué sirven, me podré transformar de una persona que sufre y se lamenta en una persona que goza de la vida. La emoción es un mensaje desde lo más profundo de mi (aquello que verdaderamente soy) con respecto al pensamiento que estoy teniendo.

Cuando siento emociones que me hacen sentir mal, reviso qué pensamientos son los que están provocando este disgusto. Al revisarlos, confirmaré que van en una dirección que me destruye, que me desintegra. Y sabiendo esto, puedo detener esa línea de pensamiento y reformularlo.

¿Te gustaría recibir más información?

Tener buenas relaciones implica relacionarse bien contigo mismo

Sé el protagonista de tu propio cambio. Con nuestra ayuda conseguirás encontrar las causas de tu malestar y podrás integrar las herramientas y recursos que necesitas para vivir una vida más plena. Contacta con nosotros para agendar tu cita online o presencial:

«Acompañarte psicológicamente es el mayor acto de amor que puedes hacer por ti»